Breve reflexión sobre las redes sociales

Estamos vendiendo nuestra privacidad a un precio demasiado barato. Y por si fuera poco, nos creemos populares por subir más fotos que nadie o publicar en el muro más que nadie. Si tienes cientos de amigos, eres una persona afortunada. Da igual que de esos cuatrocientos solamente te hables con diez de forma habitual. La cuestión es que los demás piensen que eres una persona “rica” en amigos.


Para colmo, estamos actualizando diariamente a nuestros contactos acerca de nuestro estado de ánimo. Imagino, que de esa manera, la gente se siente más comprendida, pero sigue sin ser algo real. A dónde quiero ir a llegar es a que llegamos a tomarnos como realidad muchos aspectos que no lo son, y que por si fuera poco, son algo básico de nuestra estabilidad emocional. Hace unos años, se vendía la idea de “qué importa lo que piensen los demás de ti”. Las redes sociales le han dado la vuelta a esa pauta de pensamiento totalmente. Y no voy a negar los aspectos positivos de las redes sociales, que los hay, sin duda. Pero los negativos tienen un peso mayor todavía. Si queremos quedar con alguien, en lugar de mandarle un mensaje privado, lo posteamos en el muro, para que todo el mundo pueda estar al tanto de que esa persona y yo somos amigos, quedamos para hacer cosas juntos. Molamos. Y claro que hay quien se dedica a compartir opiniones, canciones, o lo que le apetezca compartir, para lo cual, como digo, las redes sociales me parecen un invento cojonudo. Pero viendo los muros de mis contactos, creo que la mayoría de la gente le da un uso insano, por decirlo de alguna manera.

Y esas largas conversaciones en los muros, en las que dejamos constancia de cómo interactuamos con otras personas, de qué hemos dicho exactamente (conversaciones de las que por supuesto, aunque critique, un servidor ha sido partícipe)…sinceramente, creo que somos idiotas. Porque no se trata de que haya que ocultar lo que pensamos, o de que luego se niegue algo que se ha dicho. Pero sinceramente, lo que me apetezca hablar con fulanito o cetanito, les importa una mierda a los demás. ¿Por qué dejamos constancia para todo el mundo? Esto no tiene sentido…
Claro que hay personas que no lo usan con ese afán. Pero de lo que si estoy seguro, es que nadie, absolutamente nadie, se para a pensar lo que escribe y va a dejar escrito, antes de hacerlo.
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